En junio, precisamente el día 15 de 2009, tuvo lugar el acontecimiento mas importante en la historia de la U.de las Américas, la firma del primer Contrato Colectivo en mas de 30 años de funcionamiento.
Los trabajadores se organizaron, perdieron el miedo, se reconocieron como actores sociales y desde esta convicción, la dignidad se instaló en todos los rincones de la empresa.
El notable crecimiento de la organización, el entusiasmo de las socias y socias en las distintas asambleas de trabajo, sustituyeron la inexperiencia y afrontaron a una contraparte fortalecida por una legislación favorable y por la profesionalización de sus métodos de negociación.
El proceso resultó en una notable instrucción y conocimiento del conflicto social, el análisis y la comprensión de este escenario se generó desde el mundo de los trabajadores, conforme a nuestra realidad, desde allí se confrontó la habitual astucia de los negociadores y la soberbia empresarial, que entiende al trabajo como una ecuación molesta en su sistema generador de riqueza.
Precisamente, la ideología patronal expresada en la negociación evidenció crudamente el desprecio a la demanda contractual, desprecio que tuvo una contundente respuesta en la votación de la huelga con un 96% de aprobación.
El conflicto y la huelga en ciernes era absoluta responsabilidad del empresario.
Las reivindicaciones de los trabajadores sólo atendían a una capacidad razonable de gasto y crecimiento en concordancia con el tamaño de la empresa y su ingreso, negocio millonario por lo demás.
En este punto, y gracias a la fraternidad de las redes sindicales y el intercambio de experiencias, todos advertimos la política restrictiva de la empresa y la similitud argumental de sus negativas con la de sus pares empresariales, la coincidente tecnocracia en torno al mercado como dogma político del modelo neoliberal, enemigo de la justicia social.
También esta negociación nos permitió reconocer nuestras debilidades, pero a la vez, la madurez de sus conclusiones nos lleva por el camino correcto, la unidad. Por ello, la recién creada Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de la Educación Superior Privada, Livia Videla, es un esfuerzo por superar la orfandad y generar un amplia convocatoria del mundo asalariado para enfrentar a un patronazgo muy fuerte pero no invulnerable. - De nosotros y nuestra identificación como trabajadores, en la correlación de fuerzas - se consignará esta certeza.
El progreso y el desarrollo de las mayorías que generan la riqueza es un desafío que podemos tomar en nuestras manos, apuntar al lado correcto, entendiendo nuestro lugar en la sociedad, sustituyendo la conveniencia por la cooperación, la autocapacitación y el respeto por el trabajo como clave social, con toda su carga histórica y reivindicativa, nos ayudará a superar la trampa sistémica del consumo y la adoración nefasta por el acaudalamiento.
Mejores seres humanos para un mundo mejor.