En la columna anterior se planteó la necesidad imperiosa de amplificar las reivindicaciones desde el ámbito local, al interior de fábricas y empresas, en un sonido de gran resonancia que genere una gran convergencia de solidaridad y de apoyo que repercuta en autoridades y empresarios, pero que, con mas fuerza aún, contribuya a posicionar al trabajador en el rol mas activo de la sociedad como generador de riqueza y principal actor social para el crecimiento y el desarrollo del país.
Anteriormente se mencionó las desfachatez de los negociadores farmacias Ahumada que ofrecieron miserables 60 pesos de reajuste a sus trabajadores, hecho ignominioso y que retrata la prepotencia empresarial, que encuentra nada menos que en la fuerza pública, su principal aliado a la hora de enfrentar procesos negociadores y petitorios colectivos.
Inaceptable es la condición de Guardia Pretoriana del empresariado ,en la que se transforma carabineros al momento de presentarse una acción reivindicativa o huelga.
Lo vimos en Agrosuper cuando desde las instalaciones de la empresa reprimían con granadas lacrimógenas y hondas a los operarios movilizados, los apaleos indiscriminados y el descuelgue de lienzos y papelógrafos que en nada impedían u obstruían la circulación y el libre desplazamiento.
Durante la jornada de movilización del 29 de Agosto, el centro de Santiago, y otras ciudades importantes del país se vieron copadas en un inaudito despliegue de radiopatrullas, lanzaaguas, motoristas y hasta tanquetas. La represión alcanzó ribetes descomunales, incluso fue agredido por fuerzas especiales un Senador. En otros sitios del territorio ,testigos observaron militares a la expectativa en las vías de acceso a minerales en Santiago y la Quinta Región.
En el primer mes de 2008 trabajadores del salmón en el sur de Chile denunciaron golpizas y abusos contra mujeres y niños, durante el proceso de negociaciones en el que los trabajadores del sector - El segundo en ingresos, después de la minería del cobre- pedían sueldos justos y mejor trato laboral.
Como se puede observar a la luz de estos relatos, la violencia y el maltrato hacia los trabajadores por parte de la fuerza pública , pareciera tener mas consideraciones ideológicas en oposición a lo que supone el actuar profesional o de observancia de la fuerza pública ante movilizaciones legítimas.
Cómo podría la autoridad calificar el hecho de que carabineros se traslade a los sitios de conflicto en vehículos de la misma empresa en cuestión o que participe de algunos procesos menos calificados al interior de las mismas.
Esta situación no puede continuar, es preciso que con el lema de la solidaridad, quienes sabemos de madrugadas y de incomodidades, de préstamos, deudas y del vivir al día, comprometamos nuestra conciencia al servicio de nuestra propia realidad y de quienes comparten las mismas preocupaciones que nosotros, con el fin de avanzar a un estado de superación, un punto de partida en la que valores como el respeto y la fraternidad señalen el horizonte de mejor calidad de vida que todos aspiramos.
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