lunes, 20 de octubre de 2008

El Rumor de Despidos, la Herramienta del Miedo


En muchas empresas como acto desesperado las altas jefaturas operan con el rumor de los despidos, ante el despertar del clamor por respetar los beneficios existentes en la organización los funcionarios que se unen en sindicatos y gremios para mostrar y representar el malestar de la gente ante las decisiones que toman los que ostentan altos cargos institucionales. Haciendo que su obnubilada posición determine el grado de la amenaza con dejar sin trabajo a una gran cantidad de funcionarios.

El dilema aparece en la incertidumbre que ello genera en las personas que necesitan de los míseros salarios que la entidad de educación superior da y que no se ajustan a lo que el mercado ofrece, salvo los existentes en las altas jefaturas. Ni los docentes, ni los funcionarios, los cuales son vistos como operarios de una línea de producción reciben los créditos que dan en otras instituciones educacionales. La diferencia radica que en otras universidades existe una valorización por el capital humano y entienden que los beneficios son un incentivo para que las personas sientan la valorización que la organización tiene de ellas.

El pensamiento que sincerar los costos laborales consiste en ver que “la empresa pacta un sueldo con su empleado y se lo paga mes a mes, ¿por qué tiene que pagar un aguinaldo y dar beneficios extras? Se piensa que es una "conquista social" que no tiene sentido”. Posición que poseen sujetos cuya finalidad dentro de una organización es poder lucrar a costa de los trabajadores y de los beneficios que ellos obtienen, por eso se disminuyen. No tienen otra finalidad y el miedo que ellos tienen desean traspasarlo a los trabajadores, intimidándolos con los despidos y si no funciona cumplen con sus amenazas; lo que ignoran es que por un tiempo determinado después de constituido un sindicato todos los sujetos adscrito a este se encuentran con fuero sindical inhibiendo las represalias a las que puede incurrir la organización y que son consideradas como practicas antisindicales.

El echar a correr un rumor por las vías informales de comunicación es una práctica habitual que demuestra la incompetencia de los que lideran la institución para guiarla y llevarla a cumplir sus fines o metas y su móvil es inhibir la decisión de los funcionarios de agruparse y poder exigir lo que por ley les corresponde por medio de una organización que los represente y satisfaga sus deseos. Se podría decir que son los inicios de un Mobbing puro, acoso laboral en bruto, y para quienes no lo tienen claro, es “la intimidación propia de las instituciones u organismos que no pueden proceder al despido, por el cual el hostigador intimida al trabajador hasta acabar por inutilizarlo…”

Los funcionarios deben buscar establecer una fuerza que sea difícil de contrastar y les permita obtener la dignidad que por ley se merecen y que la Constitución establece. El respeto irrestricto a lo establecido en el derecho del trabajo y en la carta magna son el sustento y el respaldo a que lo solicitado por el sindicato es legal y digno de ser considerado por la entidad y que las tramas dignas de teleserie que orquestan ciertos personajes son maquinaciones para evitar que las personas reclamen por lo que por derecho les corresponde. Se ha estado habituado a estar callado y aceptar lo que exponen la alta dirigencia, sin derecho a expresar el disentir, lo que ha llevado a que la empresa rompa con su fin social y se transforme en una estructura que sólo vela por el enriquecimiento de algunos a costa del trabajo de otros.

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