lunes, 1 de octubre de 2007

GERENCIAS, JEFATURAS, TRABAJADORES Y PRACTICAS ANTISINDICALES

TRABAJADORES, ALTAS GERENCIAS Y PRACTICAS ANTISINDICALES


Es innegable que a muchos miembros de las altas gerencias empresariales les produce temor la libertad de afiliación a los sindicatos, aquel derecho inalienable de todo trabajador y miembro de una sociedad para optar a un organismo que lo represente en sus derechos y deberes. Hasta la misma Constitución de la República de Chile es clara en esto, en su Capítulo tercero, artículo 19 inciso 7º “El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual .En consecuencia:
a) Toda persona tiene derecho de residir y permanecer en cualquier lugar de la República trasladarse de uno a otro y entrar y salir de su territorio, a condición de que se guarden las normas establecidas en la ley y salvo siempre el perjuicio de terceros;
b) Nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en la forma determinados por la Constitución y las leyes;”


La debilidad de la libertad de afiliación se debe a una característica general de la ciudadanía chilena, el olvido; la memoria nacional es frágil, de corto alcance histórico, lo que hace ser más vulnerable a la población a los afanes político-económicos de los grupos dirigenciales de las distintas organizaciones privadas. El chileno se ha transformado en un sujeto que no conoce su historia, y la trayectoria vivida de sus antepasados como asimismo de la tierra donde habita. Los triunfos, las victorias, las penurias y el dolor en distintos tiempos de la vida pre-republicana y en ella misma han marcado el existir de generaciones pasadas, venideras y existentes.

Se deja sucumbir a las oleadas de presiones que rompen las leyes y las normas establecidas – curiosamente determinados por ellos mismos, por los grupos de poder económico y político-.

Los funcionarios sienten un temor a la sindicalización, un miedo horrible al despido, a quedar sin trabajo por el simple hecho de estar sindicalizado, aunque sucedan anomalías al existir sindicatos de poca fuerza. La existencia de grupos y personas que necesitan fuerzas que velen por el cumplimiento de las leyes se acrecienta como también el de poderes que requieren mantener a la fuerza laboral sumida a sus deseos y para ello transgreden las leyes que ellos aceptaron en un comienzo y aparecen utilizando formas de estrangulación a la población que recuerdan los sistemas de depuración de enemigos de las mas atroces dictaduras, en sus métodos mas refinados -bajos sueldos y constante encarecimiento de los productos de primera necesidad-. Los despidos son aleatorios a veces sin justificación, basta salir de vacaciones para encontrarse con “el pago de Chile”

Las practicas ilegales o que la bordean son vistos por los empresarios y gerencia como un elemento de riesgo, una de esas practicas se denomina en el Ministerio del trabajo y en las entidades judiciales encargadas de aplicar las leyes como “practicas antisindicales”.

Surgida con el fin de manejar las utilidades de la institución, a través del “costo variable” y por ende mayores ganancias personales, desarrollan un estudio y aplicación que juegan en la “cuerda floja” de lo legal afectando al personal que se encuentra por debajo de él en la pirámide organizacional. El temor que poseen estos personajes de la alta gerencia es salir “pillados” en sus actuar y para ello deben traspasar su miedo a los que se encuentran por debajo de su cargo...

Los que expresan que el actuar exigido es ilegal pasan a engrosar la lista de personas anti empresas. Siendo curioso que son ellos ( los que realizan actos contra lo establecido, contra las leyes),los que están perjudicando a la organización completa. Para estos sujetos existen funcionarios de primera y de segunda categoría, o tal vez como expresan muchos gerentes y miembros de jefaturas que son funcionarios hasta los jefes de sección, quedando el operario, el administrativo, el obrero, en un plano que podríamos denominar el “limbo empresarial”, son “elementos que sirven para realizar ciertas funciones, para ser retirados, en fin el sujeto todo terreno de bajo costo.

Los temores de las altas gerencias son traspasados a la población de trabajadores que ha estado desprovisto o se ha sentido desprovisto de algún respaldo, que permita abrigar seguridad en su ambiente de trabajo. Tal vez si existiera reales ambientes laborales de respeto, de la existencia de un cumplimiento real a las leyes laborales, no habría la necesidad de los sindicatos, y ante esta situación no se estaría ante una practica antisindical, sino que una empresa que respeta al trabajador y lo considera parte relevante de su existencia, es una empresa que se acerca a la perfección laboral.

Las practicas antísindicales han llevado a que los funcionarios de las diversas instituciones y organizaciones privadas y también estatales (aunque en menor grado), se auto inhiban de inscribirse en algún sindicato donde ven representadas sus inquietudes y sus soluciones.

Chile ha estado inmerso por mas de 30 años en situaciones donde el trabajador sólo se ha visto como un activo variable, y no en una función de ser un recurso vital para el desarrollo empresarial, como se ha publicitado en variados foros y convenciones empresariales . El sujeto que recibe un pago y tiene un contrato en alguna organización se ve expuesto a una serie de intrigas de poder, del cual él ignora ser un participante activo, su vida, su salario, su forma de aceptar por miedo u otra forma de coerción ciertos acontecimientos que exigen las jefaturas departamentales y que vienen emanadas de las altas esferas, su trabajo mismo, la plusvalía ( concepto que molesta e incomoda a los empresarios y gerencias en general, y le dan aquel tinte que tanto horror produce en la masa atemorizada. Para ellos son comunistas).

La ola de actividades que han venido montando contra los sindicatos, en estos tiempos ha sido de tan larga duración que ha impregnado en el inconsciente colectivo aquel temor a las “hordas rojas” de la guerra fría, las cuales se visten con el manto del trabajador para entrar a los diferentes “Berlínes del mundo” matando, robando y violando. ¿Los trabajadores sindicalizados son de esa forma?, ¿brutos?, ¿irracionales?, y ¿qué viven sólo para satisfacer sus pulsiones básicas?, la respuesta se la dejo al lector.

La verdad ha demostrado que la sobre explotación en la cual no vemos sumergidos en este ambiente neo liberal, que al parecer se acerca al extremo de lo que se conoce como anarco capitalismo, aquel donde al parecer todo lo regula el mercado. Se debe tener cuidado en este punto, debido a que los economistas hablan desde el supuesto que existe un equilibrio entre la oferta y la demanda, la “economía perfecta”. Cosa que en el mundo no se da, se maneja en el vértice de los monopolios y los oligopolios, por lo cual entran en juego las teorías de poder y de manutención de este; y en esto, entran como parte de ese “leviatán” la existencia o no de los sindicatos dentro de una organización.

En esta guerra que llevan las empresas que tienen un actuar que bordea la ilegalidad, la existencia de uno o más sindicatos es ponerse la soga al cuello y desnudar un flanco que tenían taponado con el miedo. La alta gerencia intentará socavar a las nuevas formaciones, pero es decisión al final de los funcionarios en su libertad conciente de elegir lo mejor para ellos, rompiendo la barrera del miedo, la mantención , creación de una organización que los represente y evite el abuso y los malos climas laborales.

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