viernes, 9 de mayo de 2008

LA ESTERILIDAD DE LA BRAVATA ANONIMA

La fuerza sindical se ejerce cuando el trabajador o funcionario delega su poder a una organización para que lo represente. Las críticas tienen un espacio, la asamblea.
La acción de anónimos son disensos estériles que no construyen y dañan, no a la Directiva, sino a la organización toda.
Cada socio/a tiene derecho a disentir a expresar lo que siente en forma clara y nítida.  No todos pueden estar de acuerdo en una opción y el deber y derecho de cada hombre y mujer  es manifestar su opinión.
La bravata anónima no sirve para constituir mejores organizaciones.
Es grave acusar sin conocimiento real, careciendo de una información veraz y dejándose llevar por un motivaciones individualistas,  acá estamos para construir mejoras colectivas. 
Los reajustes salariales anteriores eran demasiados discretos y paupérrimos  sólo los que caían en gracia de los jefes obtenían pecuniarios ajustes, sin existir ninguna evaluación formal donde el trabajador estuviera al tanto de los errores o faltas que tenía y que le impedían obtenerlos. Claro está, que los reajustes por legislación laboral, en las empresas privadas quedan a criterio del empleador darlas o no, o dar un porcentaje que ellos estimen. El 4 % otorgado para las rentas superiores a $700.000 ha sido un beneficio que sin la existencia del sindicato tal vez hubiese sido los mismos $4.000 ó 5.000 pesos de ajuste en su salario.

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