miércoles, 25 de junio de 2008

ALIMENTOS PARA EL PENSAMIENTO


En 1923 el dramaturgo estadounidense Elmer Rice escribió la obra " The adding machine". Una notable visión de la sociedad industrial y la vulnerabilidad laboral sometida a la potestad de la ganancia.
Recientemente en Nueva York se estrenó un musical basado en la obra de Rice, cuyo texto adquiere especial vigencia en tiempos de "optimización" y "flexibilidad laboral".
A continuación un resumen de la adaptación musical de Jason Loewith y Joshua Schmidt de The Adding Machine.

El señor Zero, lleva una vida monótona como tenedor de libros contables. La escenografía presenta tres escritorios, cada uno con un contador hombre y una asistente femenina.

El nombre "Zero" (cero) indica el bajo estatus social del personaje. Su esposa lo desprecia.

El golpe final llega cuando su jefe decide despedirlo, luego de 25 años de trabajo.
El jefe explica: "Mi equipo de eficiencia ha recomendado instalar máquinas de calcular. Hacen el trabajo en la mitad del tiempo y una joven de escuela secundaria puede operarlas. Por supuesto, lamento perder a un viejo y fiel empleado. Pero, por supuesto, en una organización como ésta la eficiencia es lo principal y las ganancias el objetivo máximo".
"Debemos trabajar para nuestros inversionistas o el motor de la economía se detiene. Y no podemos permitirnos eso. Por supuesto usted cobrará el mes completo. Es lo mínimo que se puede hacer por un empleado tan valioso y leal", agrega.
Zero mata a su jefe con el pincho en el que ensarta las facturas. El arresto y la ejecución lo llevan a los Campos Elíseos, que, según la mitología griega, es el lugar sagrado donde las almas de los virtuosos y los guerreros heroicos llevan una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Pero Zero no puede disfrutar de la libertad, ni siquiera con la asistente de la oficina a la que amaba secretamente. Racista, antisemita y mojigato, no quiere verse mezclado con "gente que no es respetable". Se retira a una habitación pequeña y oscura a operar una máquina de calcular. Le informan, entonces, que llegó el momento para que su alma vuelva a ser utilizada. Ha pasado por esa experiencia miles de veces, pero no lo recuerda. Su jefe dice: "Esto es en parte porque eres estúpido. Algunos sí recuerdan. Está la clase de personas que se vuelven un poco mejores cada vez que regresan y los que son como tú." "Si alguna vez hubo un alma en el mundo con la etiqueta 'esclavo' es la tuya", agrega. Zero construyó las pirámides y fue esclavo en una galera romana. Con todo, quiere volver a la máquina de calcular. "Cobarde idiota, te tengo lástima. ¡Es hora de volver! A la mediocridad, a la rutina en la que serás la víctima de cualquier jefe que se aproveche de tu ignorancia, tu credulidad y tu provincialismo. Siempre eliges la máquina Zero", le dice su jefe. Se ve una enorme cinta transportadora, sobre la que se mueven vagas figuras. Los cuerpos se vuelven más grandes y, súbitamente, Zero aparece allí.






CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD DE SU EMPRESA, DE CHILE O DEL MUNDO, NO ES MERA COINCIDENCIA.

ALIMENTE SU PENSAMIENTO




SALGA DEL CORRAL














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